PESCA EN TRANQUE LA PALOMA
EL CHACAL DE LA PALOMA ![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjxtMv-wibCNG0sMp0rpQ2HAL3VGVepOMfruDk5y95GScSbhol8mJvyLDw_S36w9Sv2hwLXAjz8Ofcz2nK2dwmIlnIJ3vYnERTHwwtiAp6wUQ5zW7BiouS4OJ_dzyXglPQTAziQ/s400/Dibujo.bmp)
Tal como se los prometí me encuentro en estos momentos, frente a mi fiel máquina tratando de hilvanar y atar cabos para darles a conocer en esta pequeña narración la esencia de la verdad de lo que pasó ese lindo día de pesca, y muy feo por culpa del “chuchas de su madre” como lo llama Arnoldo en su mail al desagradable botero.
Esta jornada empezó a las cuatro de la mañana que fue la hora de toque de la diana incitándonos a levantarnos para dar comienzo al programa tal como se había planeado. Después de una larga ducha como Dios manda recogiendo nuestros implementos de pesca nos encaminamos rumbo al lago, donde nos esperaba el “chuchas de su madre” que a esa hora era todavía el Señor Javier Bilbao. Una vez acomodados dentro de la embarcación comenzamos nuestra excursión por agua rumbo al lugar donde normalmente se encuentra la reunión de pejerreyes, este trayecto era hecho en plena oscuridad, sin embargo la embarcación contaba con un pequeño generador que nos proporcionaba luz eléctrica que se compartía en dos ampolletas. Cuando habíamos caminado mas o menos una hora al desagradable remador se le ocurrió parar e incitándonos a tirar caña ya que comenzaba la jornada y ese lugar era muy bueno… que le dijeron al sordo, armamos nuestro armamento y al agua se ha dicho, menos mi hermano Hernán que al tratar de lanzar se le formó un enredo o peluca que no la entendía ni cristo, fue tan grande su desesperación al no poder desenredar su moño de vieja que le pidió ayuda al menos indicado, que incluso había apagado el generador y por ende la luz el “chuchas de su madre” quién respondió negativamente, fue tan grande la rabia que nos dio que ejerciendo presión todos sobre él, se vio obligado a prenderla nuevamente y con la ayuda de mi hijo Arnoldo pudo solucionar el problema con su carrete. Después de esto apareció en escena mi amigo, que seguramente no es conocido por ustedes, Patricio Cáceres quién se agarró con Bilbao y lo puso de un viaje en su lugar que era lo que hacía falta para cortarle las alas a este huevón patudo y atorrante. Después de perder un rato el tiempo ya que no picaban ni las almorranas pero que de algo sirvió para pasar el frío de la amanecía que calaba hasta los huesos, tanto es así, que el maestro muy asustado me preguntaba si le estaría fallando el corazón ya que sus dedos no obedecían las ordenes enviadas por el cerebro y se negaban a moverse para poder hacer un miserable nudo. Menos mal que esto duró hasta el momento que empezó a aparecer en el horizonte el astro padre que traía una carga tan grande de calor que la sufriríamos a medida que avanzara la hora, y dicho y hecho así que lentamente nos fuimos desprendiendo de los corderos, camisetas, calzoncillos largos y todo lo demás ya que fue un día de pleno verano.
![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjxtMv-wibCNG0sMp0rpQ2HAL3VGVepOMfruDk5y95GScSbhol8mJvyLDw_S36w9Sv2hwLXAjz8Ofcz2nK2dwmIlnIJ3vYnERTHwwtiAp6wUQ5zW7BiouS4OJ_dzyXglPQTAziQ/s400/Dibujo.bmp)
Tal como se los prometí me encuentro en estos momentos, frente a mi fiel máquina tratando de hilvanar y atar cabos para darles a conocer en esta pequeña narración la esencia de la verdad de lo que pasó ese lindo día de pesca, y muy feo por culpa del “chuchas de su madre” como lo llama Arnoldo en su mail al desagradable botero.
Esta jornada empezó a las cuatro de la mañana que fue la hora de toque de la diana incitándonos a levantarnos para dar comienzo al programa tal como se había planeado. Después de una larga ducha como Dios manda recogiendo nuestros implementos de pesca nos encaminamos rumbo al lago, donde nos esperaba el “chuchas de su madre” que a esa hora era todavía el Señor Javier Bilbao. Una vez acomodados dentro de la embarcación comenzamos nuestra excursión por agua rumbo al lugar donde normalmente se encuentra la reunión de pejerreyes, este trayecto era hecho en plena oscuridad, sin embargo la embarcación contaba con un pequeño generador que nos proporcionaba luz eléctrica que se compartía en dos ampolletas. Cuando habíamos caminado mas o menos una hora al desagradable remador se le ocurrió parar e incitándonos a tirar caña ya que comenzaba la jornada y ese lugar era muy bueno… que le dijeron al sordo, armamos nuestro armamento y al agua se ha dicho, menos mi hermano Hernán que al tratar de lanzar se le formó un enredo o peluca que no la entendía ni cristo, fue tan grande su desesperación al no poder desenredar su moño de vieja que le pidió ayuda al menos indicado, que incluso había apagado el generador y por ende la luz el “chuchas de su madre” quién respondió negativamente, fue tan grande la rabia que nos dio que ejerciendo presión todos sobre él, se vio obligado a prenderla nuevamente y con la ayuda de mi hijo Arnoldo pudo solucionar el problema con su carrete. Después de esto apareció en escena mi amigo, que seguramente no es conocido por ustedes, Patricio Cáceres quién se agarró con Bilbao y lo puso de un viaje en su lugar que era lo que hacía falta para cortarle las alas a este huevón patudo y atorrante. Después de perder un rato el tiempo ya que no picaban ni las almorranas pero que de algo sirvió para pasar el frío de la amanecía que calaba hasta los huesos, tanto es así, que el maestro muy asustado me preguntaba si le estaría fallando el corazón ya que sus dedos no obedecían las ordenes enviadas por el cerebro y se negaban a moverse para poder hacer un miserable nudo. Menos mal que esto duró hasta el momento que empezó a aparecer en el horizonte el astro padre que traía una carga tan grande de calor que la sufriríamos a medida que avanzara la hora, y dicho y hecho así que lentamente nos fuimos desprendiendo de los corderos, camisetas, calzoncillos largos y todo lo demás ya que fue un día de pleno verano.
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