Wednesday, October 06, 2010

“Aclaración de Poema”




Ustedes habrán oído o escuchado durante mucho tiempo, especialmente de los labios del doctor Hernández cuando viaja del lago Vichuquén hacia Llico y cuando enfrenta una poza de agua y pasa rajado en su fiel camioneta, la canción: “Esta noche ha llovido”, pero nunca han reparado el porqué es tan corta, lo que no es así. Lo que pasa es que no recuerdo las otras estrofas que con mucho sacrificio y tiempo limitado que tengo he tratado de recordar, aunque muchas cosas pueden ser inventadas. Esta canción creada por el gran poeta Tito Badilla está inspira en un viaje a Licantén de su gran amigo Lucho Retamales, en una noche de invierno con tormenta desatada, trasladando sus cosechas a la estación de Licantén donde eran embarcadas en el tren rumbo a Curicó, donde eran comercializadas en la vega central. La primera parte es de todos conocida pero por si alguien no la ha escuchado se las repito.

Esta noche ha llovido

mañana habrá barro

pobre Lucho Retamales

se habrá mojado se habrá mojado.

Una noche fría y lluviosa de invierno

en una humilde carreta

partieron los Retamales hacia Licantén

trasportando sus cosechas,

y cuando enfrentaban las siete vueltas

el camino estaba muy malo y

de repente cayeron en un hoyo

tapado por el barro.

Después de mucho trabajo

gracias a sus bueyes Opaco y Brillante

que tirando de sus yugos lograron salir adelante.

Cuando llegaron al mogote y pasaban por un gran charco

se acordaron de la abuelita tronquita (mamá de mi padre)

que tenía que decir algo.

En un viaje a caballo a Licantén

justo al pasar frente a una mata de avellano

voló una bandada de tordos espantando su caballo,

y ella fue a parar de cabeza en el barro.

En ese miso momento sin tener ninguna duda

bautizo el lugar con el nombre “el bajo de la viuda”

Siguieron nuestros viajeros sin tropezón alguno

hasta llegar a los Juquillos

donde mi querido hermano Hernán en cierta ocación

golpeó con un machete un manzano con mucho pundonor

cuando de repente escuchó una voz que le gritaba

popopopo porque no te machetia las huevas huevón.

Era don Pancho Navarro que de esa manera defendía su arbolito

porque el fruto que le daba lo encontraba exquisito.

Cuando llegaron al valle de las Auroras

por la imposibilidad de tirarse, por la hora, un Ballón

se conformaron con mirar a las Auroritas y tomarse un buen borbollón.

Al asomarse en el mogote del cerro, Retamales se paró

y poniendo las manos como visera miró el valle lleno de emoción

justo cuando en ese momento la maquina tocaba la prevención.

Picaron el poto a los bueyes para apurar el paso ya que iban con la hora

con un poquito de retraso.

Llegaron a la estación y embarcaron sus cosechas apurados y corriendo

en el mismo instante que la maquina resoplaba y echando vapor de agua

se ponía en movimiento.

Aquí termina esta historia de hombres sacrificados y valientes

que tenían que hacer estas cosas para alimentar a su gente.

Esta noche ha llovido mañana habrá barro

pobre Lucho retamales se habrá mojado se habrá mojado.

Con mucho cariño.

Mito.

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