LA VIDA......y sus momentos, a veces tristes
“El sueño que tuve anoche”
Mi padre biológico llamado Pedro, era oriundo de Vichuquén,
donde conoció a la Talita, y se propuso que fuera de él.
Empezó ha arrastrarle el poncho, para llamarle la atención,
y con tesón y empeño la treta le resultó.
Todo al principio fue para callado, para no levantar sospecha,
ya que si llegaban a saber la abuelita Labra y el tata Lucho,
la novia se podría ir, de sendo tirón de mechas.
Así pasó el pololeo, de esta pareja ideal, que después de un largo tiempo,
terminó en el altar.
Tuvieron siete hijos, lo que parecía una osadía,
pero en aquellos viejos tiempos, la situación lo permitía.
No quiero alargar mucho el cuento, con tanto detalle y alargue,
ya que lo que verdaderamente interesa es saber, el sueño con mi padre.
Lo vi. tan cerca de mí, que casi lo podía tocar,
pero al arrimarme mucho, se alejaba del lugar.
Quedé preocupado por algo, y me formé una opinión,
lo que necesita allá arriba era que sus hijos le enviemos una oración.
El viejo nos dejó una herencia, que todos la recibimos con dolor y mal humor,
y fue que a al pasar el tiempo termináramos operados del corazón.
Tatita Pelluco murió muy joven, ya que solo cuarenta y dos años tenia,
dejando una viuda con seis hijos, y nada de mal parecida,
y si no me creen a mi, pregúntenle a los amigos que aún viven,
del finado Gilberto Días.
Mi querida madre sufrió mucho, por la gran pérdida de su marido,
la cual se acentuaba el doble pensando en la educación de sus rilios,
y en la hija que venía y él conocer no podía.
Ella trabajaba como animal, sin tener descanso alguno,
llegando todos los días cuando ya estaba oscuro.
Todo esto lo hacía, para juntar más platita,
y que sus hijos siempre tuvieran llena la guatita.
Mi madre era la piedra del tope, de todos los enfermos del pueblo,
ya que no le importaba la hora, para ir atenderlos.
La vi salir de noche, de tarde y de día, con el barro hasta los tobillos
y el frío que descosía.
La iban a buscar a caballo o en auto, según la distancia existente,
y si venían a pata igual estaba presente.
Creo que me desvié un poco, del sueño con mi padre, pero era conveniente que anduviera de la mano con mi madre.
Pelluco tuvo actividades múltiples trabajando en una empresa de construcciones y fue así como un día le tocó ayudar a construir el puente de Los Escalones.
Ahí fue administrador fiscalizando los trabajos,
y cualquier problema que se presentara inmediatamente le ponía atajo.
La gente lo quería mucho, porque era simpático y bonachón,
bueno para los causeos y no se demoraba nada en prender el carbón.
También tuvo puesto político, y fue secretario de la gobernación,
en los tiempos que los radicales gobernaban la nación.
Esos puestos eran muy buenos y optaba mucha gente, pero siempre eran asignados a los que militaban, en el partido del Presidente.
Mi padre murió muy temprano, y eso se veía a simple vista, pues cuando acompañaba a mi madre a recorrer sus enfermos y caminaba un pequeño trecho, se le ponía un dolorcillo en el pecho.
También se agitaba con facilidad, y eso quería decir que sus coronarias no daban para más.
Una inesperada noche de invierno, y toda la gente dormía, despertó el papá quejándose que el tórax le dolía.
Mi mamá como practicante cachó de lo que se trataba por el dolor,
y despertándome a mi y a Hernán, nos mandó a buscar al doctor.
Nos sentamos cada uno a un lado de su cama, tomándoles ambas manos
por las que por su intermedio trasmitía que le quedaban pocos momentos de vida.
De repente convulsionó, y desesperado se movía, y con eso nos anunciaba el momento de su partida
No olvidaré el gesto que justo hizo al momento de morir
mirándome fijo a mis ojos, algo me quiso decir,
y era que me portara bien con mi madre y no la hiciera sufrir.
Así se fue mi tatita de este mundo terrenal, y llorando lo llevamos al cementerio,
adonde lo fuimos a enterrar.
Toda pena pasa, el tiempo se encarga de eso, pero con la pérdida de un padre,
se carga de por vida con un gran peso.
Con todo cariño,
Mito.