Saturday, November 19, 2005

EL NIÑO REBELDE LLAMADO CARLOS


Carlos, es un niño especial que forma parte de una gran familia, que vivían en un pueblito costero al poniente de la ciudad de Curicó. Su apellido, si mal no recuerdo es Toledo, el cual era el último heredero hombre de esta familia. Después de él, nació una dama que es hija póstuma. Ustedes se preguntaran el porqué el cuento se refiera a Carlos o “caco” como lo nombraremos de aquí en adelante.
Fue un niño bastante especial y sus padres tuvieron un exclusivo cuidado en su enseñanza, era un tanto porfiado, desobediente, cochino, y muy llevado de sus ideas, los viejos lo tenían cortito pero el hombre siempre encontraba un método para burlar momentáneamente esa férrea marcación al hombre. Por otro lado, era un tanto antisocial, ya que no compartía con ninguno de sus hermanos, a veces muy ocasionalmente con “Pancho” Francisco, sus entretenciones eran pocas, pero las practicaba intensamente como las que les narraré más adelante. Visitador diario del estero de Licantén, que corre lentamente por el fondo del patio, donde tenía una flota de camiones de todas las marcas de tarros de jurel tipo salmón, sardinas, chorritos y varios otros, etc., etc., a los que poniéndoles un cáñamo adelante en un hoyo que había hecho con un clavo, y listo.
Se dedicaba al transporte de áridos que extraía del centro del estero, el camino empezaba en la cerca de deslinde con la propiedad del finado Cofin y era transportado al límite de la propiedad del otro lado. Esta ruta fue hecha por “culito”, como también se le llamaba por su protuberante culo a su corta edad, eso si, ayudado sustancialmente por el tipo de mameluco que utilizaba, el cual contaba con dos botones abrochados entre medio de las piernas, y desde la pechera nacían dos tirantes que se cruzaban en la espalda donde se entrelazaban con los ojales. La confección no era Tomy Hilfiger o Náutica como se podía suponer, era Made by Uncle Eudosia, si señores, oyeron bien, Eudosia la misma sastre de manuelito chico quién recogía las donaciones de dinero en la iglesia los Domingos. En si, el overol era un poquito ancho, pero para nuestro personaje de hoy era excelente, por que antes de ir castigado al cuarto oscuro lo usaba como almacenador del fruto que tanto le gustaba y que abundaba en los terrenos de nuestra casa, en efecto, me refiero al famoso Frutito de oro.
Como anteriormente les comentaba, el camino hecho por “manuelito chancho” corría serpenteando la ribera sur del estero, lleno de curvas con subidas muy peligrosas y para más remate llena de grandes precipicios que “culito” tenía que sortear en cada viaje, ya que, él era el único conductor que tenía su empresa,. Imagínense ustedes como sería su aseo y presentación personal cuando en la tarde, una vez terminada su actividad laboral, se presentaba en casa. Solo se puede resumir que estaba como un mono, cochino, manchado, y lleno de tierra con barro. Bueno, ¿cuando ustedes han visto un dueño, mecánico, y chofer que sea limpio? . Es por esto, que se ganó el apodo de “manuelito chancho”, que no era otro que un viejo de lo más cochino que haya existido, el que también se asemejaba a galopito en esos tiempos.
Otra actividad era la extracción del famoso camarón de barro, directamente del vivero de la laguna que existe hasta la fecha al otro lado de la línea férrea, frente a nuestra casa. Esa actividad escogida era bastante sucia, ya que se trabajaba con barro hasta las rodillas, por lo que la piel de las patitas se le cuarteaba un tanto, que cuando la Tía Eudosia en la noche se las lavaba reclamaba y gritaba como barraco por el dolor que le producía con el contacto con el jabón.
Esa labor de la captura del camarón duraba aproximadamente una hora, tiempo suficiente para llenar el tarro con estas exquisitas menudencias culinarias. Una vez terminada esta tarea, emprendía el regreso a casa para iniciar la fase de preparación del alimento, la cual comenzaba con una exhaustivo lavado de las especies, y que en forma posterior eran puestos sobre la plancha de la cocina a leña casi al rojo vivo, por supuesto, los camarones apretaban cueva para todos lados, pero Carlos, con una habilidad innata, con un palito confeccionado especialmente para esta faena los desplazaba en forma magistral hacia el centro de la cocina. Una vez terminada esta operación, con los camarones rojos producto de su cocción los volteaba nuevamente en el tarro, provisto de una afilada piedra, tomaba colocación bajo el frondoso parrón a degustar el suculento manjar, al que por supuesto, no hacía partícipe a nadie. Una vez cerrado el ciclo, su aseo y presentación, nuevamente dejaba mucho que desear, es por eso, que en beneficio de su salud e higiene, nuestra Reina madre se lo prohibía insistentemente. Pero Carlos era rebelde y porfiado, y no acataba esta orden, lo que como resultado final siempre concluía en unas cortas vacaciones en el cuarto oscuro. Muy a menudo este tipo de castigo, lo pillaban de sorpresa y no alcanzaba a juntar los pertrechos necesarios de frutos de oro, que cuando le daba ese apetito incontrolable en el encierro, comenzaba a clamar a gritos a Pancho, su salvador. Lo llamaba insistentemente hasta ser oído de la siguiente manera : “PANCHOOOOO…….PANCHOOOOO CONTESTAA.. PO’H GUEON”. Cuando Francisco Antonio lograba escucharlo, con prontitud caminaba hasta la puerta del calabozo, y le contestaba “ ¡ QUE QUERIII GUEON.! a lo que posteriormente “manuelito chancho” le decía : “ TRAEME UNOS POQUITOS FRUTOS DE ORO, QUE YA ME CAGO DE HAMBRE”. Ante tan clemente llamado, pancho lo complacía trayéndole tan suculento fruto.
En otra oportunidad, se mandó una cagada que no recuerdo cual fue, pero por las consecuencias que ella podría traer, determinó irse de su casa. Posteriormente cuando fue buscado por nuestros viejos y no siendo encontrado en los alrededores, me tocó junto a mi hermano nancho la policial tarea de buscarlo y traerlo en presencia de sus padres. Como dos perros sabuesos, salimos en busca del fugado, lo que finalmente resultó bastante más sencillo de lo esperado, ya que, conociendo sus frecuentes paraderos, y en el momento que caminábamos, nancho vio en forma destellante pasar a “culito” en una boca calle, el que al percatarse de sus perseguidores apretó cachete directo hacia el cerro, el mameluquito le flameaba insistentemente por su veloz huida, la que finalmente no fue suficiente para poder perder a sus captores, los que con su mejor estado físico y más estilizada silueta que él, finalmente fue capturado. Posteriormente, y con dos guardianes, uno a cada lado, fue conducido a casa como un preso para ser sancionado por sus padres a otras vacaciones en el cuarto oscuro, pero en esta oportunidad un poco mas largas.
Cuando este insigne personaje, recibió el llamado del señor y efectuó su primera comunión, su hermano Hernán fue comisionado para llevarlo a Curicó a sacarse las fotografías pertinentes que inmortalizarían este tan importante momento. Rigurosamente vestido con su terno azul, zapatos negros, calcetín blanco, camisa blanca acompañada de una elegante corbata, culito, acompañado de su hermano se dirigieron a la estación del tren, el que los llevaría a destino. El viaje fue un martirio para el pobre Hernán, ya que cada vez que pasaba don Tomas Morales ( “El PESCA”), con su canasto lleno de bebidas gaseosas ofreciendo al son de “MALTA, BILZ, Y PILSEN……”, a caco le producía una sed enorme, reclamando con ello a que su hermano le comprase algo. Pero Nancho previniendo el caos que se le podía presentar debido a la manutención de su pulcra vestimenta, contestaba firmemente que debía esperar hasta el viaje de regreso. Una Vez llegados a Curicó, se dirigieron directamente al estudio fotográfico a plasmar este momento sin mayores observaciones. Pero ya de regreso, la historia fue distinta, “culito” en un momento de descuido se perdió entre la muchedumbre, encontrándolo posteriormente bajo un camión, lleno de tierra y grasa producto de esta incursión. Hernán, tomándolo enérgicamente de la mano, y llamándole la atención prosiguió su camino hacia la estación, pero desgraciadamente, el corazón blando de nuestro hermano mayor, le pasaría la cuenta al comprarle un colorido helado al recién fotografiado. Para que les cuento más ¡Quedó la Cagada!, la camisa manchada hasta el más recóndito rincón, rematando esta situación con la compra de una bebida en el tren de regreso a Licantén.
Al hacer el ingreso a nuestra casa, la señora Australia lanzó un grito espeluznante al ver a su hijo menor en esas condiciones de inmundicia, pero Hernán de manera magistral la calmó al confirmar que hasta el momento de la fotografía, su presentación fue la que ella en forma esmerada logró producir.
A medida que fue pasando el tiempo, manuelito fue creciendo y madurando, por lo tanto, cambiando sus aficiones, así fue como abrazó el camino de de la religión evangélica, que ayudado por la hermana Hilda o “cayenta” como usted la quiera nombrar( la empleada del momento) participaban activamente en este conglomerado, desfilaban por calle Lautaro interpretando himnos aludidos al Señor, tales como el siguiente “cuando sesen los conflictos de la vida terrenal y dejemos este mundo de aflicción, cara cara pecho al frente por Jesús nuestro señor en la nueva Jerusalén, cantaremos al señor en la nueva Jerusalén” etc. etc .Pasaban frente a la casa por la calle y llegaban hasta frente la mansión de don lucho Hernández, donde justo al frente se encontraba la cede de los Hermanos. Una vez introducidos al interior el hermano “caco” y hermana “cayenta” se les vio arrodillados con la frente tocando el piso y vociferando las palabras “gloria a Dios, gloria a Dios, aleluya hermana aleluya”, o sea, totalmente poseídos por el espíritu santo. Por estar este lugar de encuentro al lado de la casa de la Coty Días parece que fue donde empezó a forjarse el romance de Carlos con esta dama, que con el tiempo prosperó, y así fue como nació el primer pololeo del niño rebelde ,que para todos fue una gran sorpresa, ya que nunca antes se le había visto interesado, ni siquiera hablar de mujeres que rondaran en su mente. Quiero dejar constancia que no fue un hombre muy aficionado al pololeo y es así como se le conoce uno solo más y es con Zoila Medina, su gran amor hasta el DIA de hoy. Como olvidar ese paseo a Santo Domingo donde nos bañábamos placidamente en el Pacífico y a caquito le estaba llegando el agua a la altura de la rodilla, Zoila haciendo bocina con sus dos manos y muy asustada gritaba, “Carlos. No te introduzcas más en el océano que te puedes ahogar” Ese es puro amor.
En el colegio le iba más o menos, yo diría más mal que bien y para desgracia cuando vivíamos en Santiago encontró un amigo del alma que lo condujo por el camino equivocado llamado por su apodo el “guatón Catalán”, fue así como se gestaron las primera zimarras ,pero una vez descubiertas fueron cortadas de raíz por el Tata Nacho y Catalán desapareció del mapa.
Algún tiempo después, cuando andaba con Ignacio en la feria de San Ramón, lo encontramos con canasto en mano vendiendo frutito del roble, o sea, quireñes.
Estando conciente que el cuento se alargó mucho, no puedo dejar pasar el único triunfo deportivo que obtuvo nuestra estrella “caco” después de una tarde de esparcimiento en un lugar muy pintoresco que había en el camino a Vichuquén, frente a la calle de ZDM ( Zorra de maleta) en el camino a mano derecha subiendo se ubicaba un cerrillo muy simpático, desde ese lugar, se dominaba todo el lugar de la laguna donde Carlos tenía ubicado el criadero de camarones. Organizamos una competencia de volantines, nuestro hermano no ganó ninguna, pero feliz mente pensando en las fortalezas de nuestro candidato tiramos la última con un premio de dos volantines y consistió en traer dos camarones a presencia de nosotros y, por ende, sería el ganador. Alineados dimos la voz de partida, “culito” partió botadito pero fue sobrepasado rápidamente por todos los competidores, pero igual meneaba sus patitas y le flameaba el mameluco producto del viento por la velocidad que imprimía ,cuando pisaban los punteros la parte barrosa de la laguna y con nuestro candidato bastante retrazado, repentinamente el hombre se arrodilló y empezó a mover sus grandes y gruesos puños y como lo vimos agacharse lo vimos parase y corriendo cabecita gacha emprendió el regreso, los gritos de aliento se escuchaban en todas partes y fue así como obtuvo el gran triunfo deportivo que fue merecedor a dos hermosos volantines. Volviendo al tema en que estábamos enfrascado anteriormente, lo que yo no puedo comprender como puede cambiar tanto una persona, aunque sigue reacio a la ducha, pero es lo de menos ya que esta convertido en un perfecto caballero, excelente marido y un mejor padre de familia, responsable a carta cabal. Lo único criticable es que es demasiado obediente con su señora, yo diría un poquito calzonudo, pero es lo de menos, total en esta familia abundan. No se le conocieron durante su soltería actos ilícitos ni lícitos, es por esto, que yo meto las manos al fuego sin miedo a quemarme que su primera experiencia amorosa con coito incluido fue con su sacratísima esposa Ofertita, o sea, se lo pillo CATRUTRITO. Su corta estadía en Putemún lo ha llevado a ser elegido gracias a su enorme merito presidente de la Junta de vecinos y jefe de aseo y jardines.( corta rigurosamente el pasto)

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